Por Claudio Pérez, Director Ejecutivo, Centro de Estudios del Desarrollo, CED; Francisca Villablanca, Asistente de investigación, Centro de Estudios del Desarrollo, CED
Columna opinión fue publicada el 13-03-2025 en La Segunda
A pocos días de la publicación del más reciente Índice de la Democracia de The Economist, este confirma lo que ya anunciaban otros informes globales, como IDEA Internacional y V-Dem: la tendencia de descenso democrático global y el fortalecimiento del autoritarismo continúan. Este escenario en que nos encontramos es complejo y preocupante en distintas escalas. Los problemas que genera el debilitamiento de la democracia y el fortalecimiento de su contraparte en el ámbito interno de los países son conocidos; el deterioro de la calidad y fiabilidad de las elecciones, limitaciones a la libertad de expresión, disminución de representación y derechos, etc. Pero cuando un país pasa de la democracia al autoritarismo las consecuencias traspasan sus fronteras nacionales, amenazando las capacidades y efectividad de las instancias multilaterales globales y regionales.
Los líderes autoritarios que pasan por alto el estado de derecho dentro de un país para imponer sus deseos, aludiendo a que no van a perder el tiempo en discusiones estériles con el parlamento u otros actores nacionales, suelen repetir la misma actitud en la arena internacional -haciendo además un uso exacerbado del discurso de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos de otros estados, que, por cierto, no va al caso, pues estos principios fueron establecidos para alcanzar un funcionamiento armónico entre los países, mientras que los autoritarismos apuntan a lo contrario-. Y esta actitud autoritaria en el sistema internacional acaba por verse reflejada en una oposición a la cooperación internacional, impedimento de la visita de organismos internacionales observadores, retiro de acuerdos internacionales, acusaciones carentes de argumentos contra otros países denunciantes de sus malas prácticas, etc.
Así, mientras el multilateralismo representa una herramienta de diplomacia y la filosofía de trabajar en conjunto para abordar desafíos globales y regionales complejos, el auge de los autoritarismos rema en sentido contrario, afectando negativamente al multilateralismo en sí mismo y a los tratados y organismos internacionales que encarnan su espíritu, y que tanto han aportado en numerosas ocasiones a la consolidación de la democracia en diversos países. En la misma línea, al ser los organismos internacionales y regionales los principales gestores de acciones conjuntas en el corto y mediano plazo para abordar problemas internacionales complejos, la disminución de sus capacidades acaba por afectar a todos los países por igual, pues los problemas globales -que van desde el cambio climático, dictaduras, corrupción, hasta las redes criminales transnacionales- no hacen distinción entre Estados.
El debilitamiento de la democracia es de por sí un aspecto preocupante, pero este a su vez trae consigo otros efectos en cadena, a saber, el surgimiento de autoritarismos y la ofensiva de estos hacia el multilateralismo y sus instrumentos respectivos. De allí que no podemos quedarnos sólo en lamentar los resultados de los índices de democracia, sino que debemos afianzar el accionar de los organismos internacionales para evitar el debilitamiento de la democracia global antes de que estos mismos resulten ineficaces para abordar la situación en un futuro próximo.
Claudio Pérez
Director Ejecutivo, Centro de Estudios del Desarrollo, CED
Francisca Villablanca
Investigadora, Centro de Estudios del Desarrollo, CED