Nota sobre reforma a los partidos políticos en Chile

Nota sobre reforma a los partidos políticos en Chile

¿Cuáles son las causas de la crisis de confianza y legitimidad que viven hoy los partidos políticos en nuestro país? ¿La Convención Constitucional puede ser una alternativa para paliar la crisis de los partidos? ¿Fortalecer el Congreso, en desmedro del Ejecutivo, podría ser un criterio para subsanar la crisis?

Estas son algunas de las interrogantes que se resuelven en el texto de Christian Parada, cientista político y magíster en gestión y políticas públicas.

El autor plantea que el problema de deslegitimación de los partidos políticos en nuestro país se remonta desde hace mucho tiempo, “aunque con una sintomatología difícil de detectar, dado que los malestares clásicos que la ciencia política ha identificado como señal de declive en la confianza de las organizaciones partidarias –principalmente, la volatilidad electoral- no han estado significativamente presentes en nuestro país”. 

Asimismo, identifica tres puntos iniciales para el declive de los partidos políticos; en primer lugar, la desconexión de los mismos con la ciudadanía; los altos niveles de abstención electoral, que “se acentuó luego de la introducción del voto voluntario en 2012”; y en tercer lugar, “el “estallido social” de octubre de 2019 parece ser un tercer síntoma clave del divorcio de los partidos políticos con la sociedad”. 

Además, Parada establece que los partidos políticos son una unidad básica del sistema político, argumentando que “las organizaciones partidarias promueven un gobierno y proceso legislativo estable y coherente, pues están llamadas a “desarrollar plataformas de políticas coherentes que convoquen a una amplia porción de la sociedad, las cuales puedan ser traducidas en una acción gubernamental y burocrática” (Riegner y Stacey, 2014, p. 8). Desde una perspectiva histórica, James Sundquist (1988) afirma que el partido político fue la institución que unificó los poderes separados del gobierno y trajo coherencia al proceso de formulación de políticas públicas (citado en Valenzuela, 2012, p. 22)”. 

Por otro lado, el cientista político evidencia tres criterios para una reforma a los partidos. El primero, es el concepto de integralidad; el autor recuerda la idea de sistema político para entender cualquier reforma a los partidos políticos: “una modificación a la naturaleza, estructura o funcionamiento de los partidos impactará inevitablemente en el resto del sistema político, y viceversa, cualquier reforma a algún componente del sistema político afectará, en mayor o menor medida, a las organizaciones partidistas”; en segundo lugar, “los partidos políticos deben estar en equilibrio con su medio interno”; y por último, establece que “aunque sin pretensiones de un equilibrio perfecto –esto es imposible, como se verá-, los partidos políticos deben ser permeables al medio externo”.

Parada concluye que “la relativa irrelevancia de las Cámaras ha alimentado la percepción eminentemente negativa que la ciudadanía tiene de éstas, afectando de paso naturalmente a los partidos políticos, dado que su actividad parlamentaria es la más visible”. 

Y agrega que “esta situación representa un problema para la sostenibilidad de nuestra democracia, puesto que los partidos políticos cumplen un rol fundamental en ella, al punto de poder considerarla una “democracia de partidos”. Por lo tanto, el actual debate sobre una nueva Carta Magna viene a ser una oportunidad para poder revertir la caída de legitimidad de las colectividades partidarias”

Puedes leer el informe completo en el portal Asuntos Públicos del CED. 

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